4 signos de «problema» de orquídeas que no son un problema en absoluto

¿Eres un amante de las orquídeas y te has preocupado por ciertos aspectos que parecen problemáticos en tus plantas? ¡No te alarmes! En este artículo, te revelaremos los 4 signos «problema» de las orquídeas que en realidad no son un problema en absoluto. Descubre cómo estos supuestos inconvenientes son parte natural del ciclo de vida de estas hermosas plantas y aprende a disfrutar su belleza sin preocupaciones. ¡Sigue leyendo y libérate del estrés innecesario en el cuidado de tus orquídeas!

Hay raíces gruesas, aparentemente demasiado grandes, que obstruyen el espacio en la mezcla para macetas, y algo en ellas simplemente no se ve bien. “¿Tengo que trasplantar mi orquídea?”, piensas. Si has notado estas raíces, sólo hay una cosa que hacer…

Relajarse.

Se llaman «raíces aéreas» y no son problemáticas. De hecho, son beneficiosos para tu planta. En el blog de hoy discutiremos cuatro cosas que no representan una amenaza para su orquídea, pero que parecen ser una amenaza.

1. Hojas partidas: El estado de las hojas de su orquídea en Orchid Health: What Your Leaves Are Telling You suele ser un buen indicador de la salud de su planta. Por ejemplo, las hojas de color blanco indican quemaduras solares y las hojas caídas significan que la flor no está recibiendo suficiente agua. Sin embargo, las hojas partidas o rotas son más una monstruosidad que una amenaza. Las hojas partidas pueden ocurrir cuando una orquídea se manipula incorrectamente o cuando hay una mascota curiosa o un niño pequeño presente.

2. Raíces aéreas: Si ve raíces creciendo por encima del suelo, no es necesario trasplantar su planta. Como se mencionó, estas se llaman “raíces aéreas” y son normales en las orquídeas Phalaenopsis. Absorben la humedad y el dióxido de carbono del aire, que su orquídea necesita para crecer. Las raíces aéreas también actúan como indicadores de humedad incorporados. Si se vuelven amarillas y se marchitan, la humedad alrededor de la planta es baja. Puedes combatir el aire seco con un humidificador o colocar tu planta en el baño mientras te duchas para que absorba el vapor.

3. Insectos útiles: Hemos escrito varias publicaciones sobre cómo proteger su planta de los molestos bichos que buscan un refrigerio. Pero si ve un escarabajo acercándose lentamente a su orquídea, es posible que desee dejar que continúe su viaje. A diferencia de las escamas y los pulgones, algunos insectos pueden proteger su planta. Por ejemplo, las mariquitas se alimentan de molestos ácaros y las larvas de crisopa mantienen baja la población de cochinillas.

4. Superficie pegajosa: La inclusión final es un arma de doble filo, ya que es a la vez inofensiva y dañina. Si notas una sustancia pegajosa en tu orquídea acompañada de pequeños óvalos blancos que recuerdan a mechones de algodón, se trata de la especie dañina que deja uno de los enemigos de tu planta: las escamas. Sin embargo, si en otoño notas que tu orquídea se vuelve un poco pegajosa, esto es inofensivo y se debe a la bajada de temperatura.

A veces las cosas no son lo que parecen, especialmente en el caso de tu orquídea. La próxima vez que notes un “problema” con tu sistema, échale un segundo vistazo: es posible que descubras que la única amenaza es la que creaste en tu cabeza.

Si desea obtener más información sobre las hojas de las orquídeas, descargue nuestra guía Salud de las orquídeas: lo que le dicen sus hojas.

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